El uso de criterios ESG (Environmental, Social y Governance) es cada vez más común en la evaluación de inversiones, permitiendo que el procedimiento de análisis económico se complete con una evaluación que aborde los impactos ambientales, sociales y de gobierno que afectan al promotor.
De este modo, el inversor puede orientar el capital hacia actividades que, además de generar plusvalía en términos económicos, procuren no comprometer la capacidad de los recursos para generar valor a lo largo del tiempo y la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus necesidades.
Así, el proceso de análisis de las ofertas de inversión propuestas en Walliance, además de basarse en el perfil económico, también tiene en cuenta tres criterios que definen la sostenibilidad de la propia inversión.
“Environmental” (medioambiental): se refiere a los indicadores clave de eficiencia de los recursos en relación con el uso de energías renovables y no renovables, el uso de materias primas, los recursos hídricos y el uso del suelo, la generación de residuos, las emisiones de gases de efecto invernadero y el impacto en la biodiversidad y la economía circular.
“Social”: se refiere a las actividades empresariales con impacto social y en la colectividad, que promueven la igualdad y la inclusión.
Este criterio aspira a detectar el respeto de una empresa por los derechos humanos, civiles y laborales, el mantenimiento de condiciones de trabajo adecuadas y el cumplimiento de las leyes laborales.“Governance” (gobierno): se refiere a la responsabilidad de las empresas en materia de gobierno y a la solidez de su estructura. Este criterio tiene en cuenta las estrategias de remuneración, las políticas de diversidad (género, etnia, etc.), el respeto de la meritocracia, los derechos de los accionistas, el cumplimiento de las obligaciones fiscales y la lucha contra la corrupción.
Incluso en el sector inmobiliario, uno de los más responsables de las emisiones globales, los factores medioambientales, sociales y de gobierno han adquirido ahora una importancia considerable.
Por esta razón, Walliance quiere seguir seleccionando proyectos que tengan un impacto medioambiental positivo, que encajen armoniosamente en los contextos geográficos en los que se implementan, intercepten las necesidades sociales actuales y respeten las posibilidades de las generaciones futuras. Con el fin de que los inversores conozcan el grado de atención que los distintos promotores individuales prestan a los criterios ESG, Walliance -aunque no es destinataria del Reglamento (UE) 2019/2088 sobre la elaboración de informes de sostenibilidad en el sector de los servicios financieros- elabora y hace accesible dentro de la página del proyecto un informe de sostenibilidad del proyecto, que refleja los resultados alcanzados en el cuestionario de criterios ESG que es presentado al promotor por Walliance, antes de concluir el análisis del proyecto.
Los 4 perfiles ESG
Basándose en su análisis, Walliance atribuye a los promotores uno de los cuatro perfiles ESG que se explican a continuación.
“Neutral”: empresas que anteponen la rentabilidad a cualquier otro fin, manteniéndose neutrales en lo que respecta a las cuestiones ESG y de sostenibilidad, pero sin causar perjuicios al medio ambiente ni a la sociedad.
“Sustainable” (sostenible): sociedades que son sostenibles, es decir, que no comprometen, a largo plazo, el bienestar de las personas y el medio ambiente reduciendo o gestionando los impactos negativos.
“Value creation” (creación de valor): empresas con potencial para crear valor (en un sentido positivo) para las personas y el medio ambiente a través de sus actividades empresariales.
“Impact” (impacto): empresas creadas específicamente para responder a un reto social o medioambiental de forma intencionada, medible y adicional.
El nivel de atención que los promotores prestan a los factores ESG no es un obstáculo para Walliance en su camino hacia la selección de proyectos, sino sólo una oportunidad de conocerlas mejor.