KYC (“Know Your Customer”) y KYB (“Know Your Business”) son los procedimientos de reconocimiento destinados a verificar la identidad de los usuarios que deciden utilizar un intermediario bancario o financiero, por ejemplo, bancos, entidades de crédito o plataformas de inversión. Mientras que el KYC se dirige a las personas físicas, el KYB concierne a las personas jurídicas.

El objetivo del procedimiento es verificar y confirmar la identidad del usuario, utilizando documentos e información obtenidos de fuentes fiables, para proteger tanto al usuario como al proveedor de servicios financieros durante toda la duración de la relación frente a cualquier delito fiscal: corrupción, fraude en línea, lavado de dinero o financiación del terrorismo.

El procedimiento se aplica cuando el cliente no está físicamente presente a efectos de identificación. Está totalmente automatizado y puede realizarse tanto desde un ordenador como desde un teléfono inteligente.

La legislación vigente no incluye a las plataformas de crowdfunding entre los destinatarios: sin embargo, Walliance ha adoptado este procedimiento como práctica recomendada también para los servicios de crowdfunding, dada su naturaleza contextual como Sociedad de Valores, para brindar mayor protección al usuario y al propio portal.